En nuestro cuadro queremos representar nuestra idea de un futuro en el que la deforestación no se frena y alcanza su límite casi final. Podemos ver una realidad en la que un árbol, cotidiano para nosotros, es una atracción de interés turístico. El árbol está en una jaula para que nadie pueda saltar la valla roja y cortarlo; en la valla hay un cartel con título “El último árbol de la década¨ en el que se explica el crecimiento de estos. El cielo es naranja por la contaminación y el suelo es tierra seca llena de restos de contaminación como tenedores y chapas. Una mano echa una foto que publica en sus redes sociales para mostrar que está tan cerca del árbol, algo parecido a las publicaciones con monumentos importantes como la estatua de la libertad. Un niño y un perro se apoyan en la valla para estar más próximos y respirar mejor. Más cercana a nuestra perspectiva vemos a una niña que tiene una herida provocada por la radiación solar en su brazo izquierdo, ya que sin árboles, el agujero de la capa de ozono ha aumentado su tamaño.
Las pajitas que hemos usado para crear la jaula del árbol son reutilizadas tras haber sido usadas por los clientes de una heladería de nuestro pueblo y nosotras las hemos recogido y lavado. La suciedad del suelo la hemos recogido en un paseo a pocos metros de donde vivimos.
La idea se nos ocurrió durante una caminata en la que descubrimos un descampado desierto de plantas con un solo árbol, nos pareció aterradora la idea de ver paisajes así más a menudo. Participar en este congreso nos parece una gran oportunidad para hacer llegar a más gente esta perspectiva.
Catalina Ibáñez Usero
Carolina Ruiz Muñoz
4º de ESO
IES Juan de la Cierva y Codorníu (Murcia, España).